A veces siento que, no importa cuánto me esfuerce, algunos profesores no lo ven. Trabajé horas en esa tarea, repasé mil veces para el examen, en dar todo mi tiempo y esfuerzo pero al final la nota que recibo no refleja ese trabajo. A veces parece que las calificaciones se inventan, que no son un reflejo real de lo que hago sino algo que deciden sin explicación.Lo que más me duele es que un profesor nunca sabe realmente cuánto se esfuerza un alumno. No sabe las noches que paso estudiando, ni las dudas que trato de resolver sola, ni todo lo que dejo de hacer para poder cumplir con mis responsabilidades. Para ellos, a veces, solo es un número, una cifra en un papel. Pero detrás de esa nota hay horas de trabajo, sacrificios y ganas de aprender.
Es frustrante y me hace cuestionar si realmente vale la pena esforzarse tanto. Pero no quiero rendirme, porque sé que estudiar y aprender no es solo para una nota, sino para mi futuro, para mí misma. Mi esfuerzo es real, aunque algunos no lo valoren.Sé que todos los profesores no son iguales, pero cuando alguien no reconoce el trabajo de un estudiante, está dañando más que solo una nota y está apagando la motivación, la ilusión de seguir adelante, el deseo de mejorar.
Yo sigo intentando. Sigo esforzándome no para ellos, sino para mí para demostrarme que puedo, que no dependo de una nota inventada para saber cuánto valgo y aunque a veces siento que no me reconocen, sé que ese esfuerzo, esa constancia, es lo que realmente me hará crecer.
Comentarios
Publicar un comentario